Hoy
cumplo 2 años de Sacerdote, ¿estoy feliz? Claro que lo estoy, diré lo que digo
siempre, llevo sólo 2 años y siento que llevo 20 jajajajaja. No lo digo con el
pesar del que no aguanta el peso de su cruz y su ministerio, sino con el gozo
de aquel al que Dios en poco tiempo le ha llenado de experiencias y momentos
que parecieran llenar toda una vida.
Cuáles
son las experiencias de la vida que sólo un sacerdote tiene el privilegio de
gozar, trataré de compartirles algunas.
Sólo
el sacerdote puede ver pasar delante de él en un solo día todas las etapas de
la vida de una persona. En un primer momento estás acompañando a unos padres
que vienen a presentar a Dios una vida que inicia, pero después estás
acompañando a otros que están dando el último adiós de este mundo a una persona
que les fue amada. Y en medio de estos dos acontecimientos, llega una pareja de
novios a confesarse para contraer matrimonio, justo después de que alguien en
momento de crisis viene a pedirte consejo para salvar su matrimonio. Puedes en
el mismo día saltar con los niños de catecismo y luego tener que hincarte en
una cama y gritarle al oído con todas tus fuerzas a un enfermo que eres el
Padre y vienes a confesarlo, lo más curioso, el que se tiene que poner de
rodillas eres tú porque a la persona su salud no le permite estar sino
postrada. Es un tesoro que no me canso de disfrutar cada día, el ver pasar una
vida humana completa delante de mis ojos en un solo día, a eso me refiero
cuando digo que siento que llevo 20 años de sacerdote.
Otro
regalo exclusivo para nosotros es el poder mandar almas directamente al cielo,
ganarle al demonio en el último segundo un alma para toda la eternidad. (Lo
siguiente entiéndanlo desde la sabiduría de Dios) una de las cosas que me hace más
feliz es saber que la persona que fui a ungir y a confesar haya fallecido,
porque ha podido llegar sin contratiempos ni purgatorio al cielo. El momento más
bello que he vivido en este sentido es la vez que halle en la calle a un hombre
que acababa de tener un infarto, paré el carro inmediatamente y fui a ofrecerle
a su familia la confesión, no recuerdo su nombre, probablemente en su vida fue
un creyente a medias pero pude salvarle su vida. No fui nadie en su vida
terrenal, pero mis manos fueron para él la vida eterna.
El
confesionario es también la ventana más hermosa que tengo al alma humana. Ciertamente
todos los que pasamos por allí venimos cargados de pecados. Sin embargo es el
confesionario una de las cosas que me sigue dando fe en este mundo, pues junto
a las confesiones habituales, suelen haber no pocas de almas que están
creciendo. Aún, y contra las predicciones del mundo, suelo escuchar “Padre, no
he cometido pecados mortales pero quiero renovar mi gracia”, o el que te dice
con alegría “padre, quiero confesar el mismo pecado, pero ya lo he hecho menos”,
o el ir viendo como un alma que era enana poco a poco con la gracia y la
eucaristía se va volviendo grande. Siento decirle al demonio y al mundo, aún
quedan santos en este mundo, vienen a visitarme al confesionario.
Soy
feliz siendo sacerdote y quiero seguir siendo las dos cosas hasta el día en que
me muera. Sé que envejeceré, sé que poco a poco los vínculos con mi familia de
carne se irán haciendo más débiles y que nunca podré echar raíces en una
comunidad, pero mis verdaderas raíces están en el cielo y esas son eternas. La soledad
es uno de los peores enemigos del sacerdote, pero no le temo, porque no veo a
mi comunidad como fieles sino como mi verdadera familia. Tampoco olvido que no
soy de este mundo, tengo a los santos, tengo a todas las almas que he mandado
al cielo, tengo a Jesús en el sagrario y en mis manos, tengo a mis ángeles de
la guarda y tengo la firme convicción de que es sacerdote no entra solo al
cielo, se lleva de raite a muchos con él. Esa es una de las alegrías que espero
el día que muera, el ver a todos lo que pude mandar al cielo esperándome en la
entrada.
A
las almas que antes que mi sacerdocio han tenido el disgusto de encontrarse con
mi humanidad, pido perdón y pido a Dios que les mande un instrumento
mejor que yo que sepa llevarles a el Señor. Como regalo de cumpleaños les pido dos cosas,
que Dios me dé siempre el trato justo para cada alma y que el día que me vaya
de este mundo pueda hacerlo con una gran sonrisa. ¡Gracias Señor por hacerme Sacerdote!
†
(y)
ResponderEliminarPadre Alvaro
Feliz Aniversario!!!
Dios le bendiga en su vida y ministerio sacerdotal
gracias David por la felicitación... espero que Dios me siga conduciendo en este ministerio
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