18 de septiembre de 2013

La Iglesia se está muriendo… diagnóstico: Apendicitis Aguda


La Extrema Unción, pintura de 1445 d.C.
Nuestra madre la Iglesia como toda buena Mamá que tenga ya unos añitos en su haber, 2000 nada más, tiene también sus achaques o enfermedades crónicas. Claro que sé que la Iglesia es eterna, inmortal y siempre se está renovando pero sin algo de teatro no leen el artículo jajajaja.

Entre los achaques de la Iglesia hay uno que considero particularmente grave y digno de atender con urgencia, pues si bien no la matará, le quita grandemente su vitalidad. Esta enfermedad es APENDICITIS. Nos recuerda San Pablo que todos en la Iglesia “somos miembros de un mismo cuerpo y todos tenemos una función dentro de ella” (cfr. Rm 12, 4-5).

De esta idea surge que algunos dentro de la Iglesia somos boca, otros pies, otros manos u ojos y cada uno contribuye al bien de toda la Iglesia, porque algunos anuncian la palabra (boca), otros van en misión a donde no se conoce a Cristo (pies) y otros hacen la caridad al necesitado (manos). En el cuerpo humano el Apéndice no cumple ninguna función concreta, los médicos le consideran un órgano vestigial de etapas anteriores de la evolución humana cuando su alimentación era sobre todo herbívora. Hoy por hoy el apéndice (sin afán de hacer afirmaciones médicas) no tiene una función relevante en el cuerpo humano fuera de inflamarse y tener que ser extirpado.

De aquí ha surgido mi idea, que es una triste verdad, en el cuerpo de la Iglesia hay manos, ojos, pies y apéndices… MUCHOS APENDICES; a continuación me dispongo a clasificarlos:

Diagnóstico

En primer lugar son apéndices los miembros de la Iglesia que no tienen una función o apostolado definido, que ciertamente son bautizados pero no enriquecen a la Iglesia con ningún carisma o servicio, y como en el cuerpo pueden pasar años desapercibidos sin pena ni gloria dentro de ella. Sin ser malas personas pero sin ser buenos cristianos. Pudiéramos llamarlos Apéndices Pasivos. Esté órgano puede localizarse en las últimas bancas de la misa dominical, es el menos dañino pero el mas abundante.

En segundo lugar aquellos que gustan demasiado de darse a notar, de llamar la atención e inflamar las parroquias con “sus opiniones”, “sus movimientos”, “sus adeptos”. Como buen apéndice enfermo, inflamados de soberbia y de orgullo, trabajando claro, pero para ellos, no para todo el cuerpo, y trabajando claro, pero sólo dando pareceres. Roban espacio a otros órganos que de verdad quieren servir a la Iglesia, les roban el espacio para crecer y desarrollarse. Anatómicamente este apéndice se suele localizar sobe todo en las coordinaciones de los grupos. Le llamaremos Apéndices Inflamados.

Por último, tenemos a aquellos que no sólo se han inflado sino que en su orgullo han comenzado a supurar rencor y desbordarlo a manera de críticas, desánimo, chismes y sembrar malicia en miembros de la Iglesia que los rodean y que están sanos.  Estos Apéndices son los más dañinos pues provocan una peritonitis de críticas, desobediencias y maledicencia que suele contaminar a la parte sana del cuerpo de la Iglesia que les rodea. Estos se conocen como Apéndices Infecciosos, se localizan en medio de otros órganos funcionales contagiándolos de su soberbia; también se localizan apartados de la vida activa de la comunidad a la que pertenecían pero enviando de manera remota el veneno por medio de mensajeros.

Tratamiento

El Apéndice Pasivo debe tratarse con una fuerte dosis de testimonio de un miembro más activo de la comunidad, invitándolo a participar de manera activa en las actividades de la parroquia y en la misa dominical. Administrar constantemente hasta que el apéndice se transforme en algún otro órgano.

El Apéndice Inflamado se remedia con una inyección de corrección fraterna que debe llevar como contenido una fuerte dosis de humildad e invitación a la penitencia y servicio. En caso de obtener resultados el órgano se trasformará por sí mismo en uno más útil. En caso de que el órgano no muestre mejoría proceder con el tratamiento del siguiente párrafo.

El Apéndice Infeccioso: algunos sacerdotes han probado tratamientos de regeneración pero en la mayoría de los casos los resultados son escasos y en el proceso salen dañados demasiados órganos circundantes. Procesa de la siguiente manera: corte el apéndice enfermo y retírelo del resto del cuerpo a una distancia donde su bilis no alcance a la comunidad (advertencia: es necesario que el que realiza la operación se vacune a sí mismo contra el sentimentalismo). Inmediatamente procesa a lavar los órganos cercanos de todo rastro de chisme, crítica y falso testimonio; así como de toda situación donde el apéndice enfermo tienda a sustituir a la cabeza (Cristo) de sus funciones. Vacúnenlos de futuras infecciones con dosis regulares de testimonio y servicio de caridad.


Como conclusión. El indiferentismo y el conformarse con no ser malas personas es algo que roba gran vitalidad a la Iglesia; queremos ver una Iglesia distinta, ayudemos a construirla, queremos ver una Iglesia más viva, involucremos nuestra propia vida en la vida de la Iglesia. Para que a su vez la Iglesia contagie al mundo con su propia vida. †

14 de septiembre de 2013

Evangelio según el Valle: la casa construida contra terremotos

las constantes lluvias provocaron el colapso de esta calle
     “Os voy a explicar a quién se parece el que acude a mí, escucha mis palabras y las pone por obra. Se parece a uno que construyó su casa en Mexicali: Le puso desniveles para que corriera el agua y techo aislante y canales para que desaguaran el agua de lluvia; vinieron las lluvias al desierto y cayeron sobre aquella casa pero no le sucedió nada pues corrieron por los desniveles del techo y salieron a la calle por los canales. En cambio, el que la escucha y no la pone en obra se parece a otro que construyó la casa en Mexicali pensando sólo en los temblores, con foam, triplay y tabla-roca en su techo, sin desagües en su patio; vinieron las lluvias al desierto y cayeron sobre esa casa, derrumbaron el techo que era débil con su peso y se estancaron por días en su patio porque no tenía desaguë y los cimientos se reventaron y la ruina de esa casa fue total.” (Cfr. Lc 6, 47-49).

6 de septiembre de 2013

La Misa del fin del Mundo


       Bueno ¿que ha sido del Padre estos dos meses? El primer mes fue el de vacaciones, ver amigos y comer… comer… comer. Luego de ello la parroquia, un mes solito con todas las comunidades, yendo y viniendo, celebraciones de difuntos por aquí, difuntos por allá.

     Mi zoológico local se ha renovado, mi querido perro “pipistrello” paso a mejor vida y también algunos de los gatos, ahora me quedan mi Galatea, la gata negra de 7 dedos por pata, Leovigildo, un gato blanco que duerme boca arriba y también tiene 6 dedos por pata y Atanasio un cachorro de labrador que me regalaron en Mexicali en estos días.

       Por otro lado también ando lastimado de la espalda, Dios me ha castigado por reírme de mis queridas ancianas y gracias a la uracarrana que me hizo un muchacho de arcoíris ahora ando con bastón por unos días como todo venerable anciano jajajaja.