Ahora si relataré las peripecias de
llegar a la nueva parroquia: me han enviado a servir en la Parroquia de la
Sagrada Familia en la colonia Hidalgo de Mexicali. La primera curiosidad es que
desde seminarista todos mis destinos han sido a advocaciones de Jesús: el
Sagrado Corazón en Mochis, en Guasave y en Guamúchil respectivamente en las
misiones de verano (y si mandaban también a otras parroquias), En Mexicali a la
rectoría del Sagrado Corazón y de allí a la Parroquia del Señor de la
Misericordia y ahora a la Sagrada Familia. Saco dos probables conclusiones una,
El Señor o me quiere donde puede echarme ojo personalmente, o ha querido
ahorrarle hasta a los santos el tener que estarme cuidando jajajajaja.
La Comunidad es más pequeña, sólo 3
capillas, sin embargo algo bueno que veo es que nos han recibido con gusto
desde el día de la bienvenida, debo agradecer eso a los padres que estuvieron
antes que nosotros. Hay sólo 6 misas en domingo (solo jajajaja), pero 4 son en
la parroquia. Ahorita estamos en la fase de conocer a la gente y que nos
conozca, dicen que ya nos agarraron cariño a los padres, espero que el cariño
siga allí cuando nos toque corregir jajajaja.
Por otro lado hay cosas en las que
tengo que irme adaptando de nuevo. Me traje mis gato, la Galatea, el Leovigildo
y la Domitila, de adaptaron primero que yo jajaja, su gran diversión es
perseguir cachoras por los mezquites del patio, son la sensación con la gente
jajajaja por tener muchos dedos y por dejarse agarrar. Me traje mi lanza pero
estoy en la frustración de que aquí hay tanto concreto que no tengo donde
andarla arrojando, tendré que crear un blanco.
Llegando llegando me di a la tarea
de reparar mi bici, ya me echo mis rondines por la colonia en ella pero no es
lo mismo aún, hay más tráfico y aún no conozco a la gente, lo bonito en nuevo
león era que la bici me permitía saludar a mucha gente y aquí no tengo espacio
en la parroquia para usarla con mi lanza pero bueno, dios proveerá jajajaja.
Otra cosa nueva es que ahora la
casa no está pegada al templo, amaba eso de Nuevo León, que la casa y el templo
estaban conectados y teníamos el sagrario cerca; no es que no pueda seguirlo
visitando pero le daba un toque cálido a la vida parroquial que voy a extrañar.
Para cerrar yo he sido yo, como
siempre, ya chicotie arcoíris y no me hice esperar mucho para echar carrilla a
los feligreses. De hecho el domingo hubo kermesse todo el santo día y fue un
tiempo útil para convivir con todas las fuerzas vivas de la comunidad (e
iniciar a los niños en el arte de la lanza y la captura de arañas jajajaja). Bueno
sigan pidiendo por el p. Juan y un servidor para que nos prepare a los que Dios
nos pida para esta nueva comunidad; para que podamos hacer de la Sagrada
Familia una sagrada familia, hasta pronto.