11 de enero de 2013

La Enfermedad de FeebleFaith


Con el término “enfermedad de Feeblefaith” trato de describir otro fenómeno de la fe de algunos tipos de personas, que al estar en la misma situación de mala formación en las cosas de la Iglesia tienen los mismos síntomas, cometen siempre los mismos errores y ante ciertos factores, reaccionan de la misma manera.


¿Quiénes son afectados por la enfermedad de Feeblefaith? Sobre todo dos tipos de creyentes de la multitud de “católicos light” y estos son el católico de “hueso colorado” y el católico “con derechos”.


Católico de “hueso colorado” es aquél que presume mucha fe, justificado en que su abuelita rezaba mucho y que su mama de niño lo llevaba vestido de indio a ver a la Virgen y sobre todo porque tiene una capillita en su casa.

El católico “con derechos” es aquel que sólo se ve por las oficinas de la Iglesia, nunca dentro de ella, para pedir algún papel que necesita para cosas varias. Generalmente estos carecen de alguno de los sacramentos y su vida de fe es nula, pero cuando se les niega lo que piden, por una causa justificada (normalmente por su misma negligencia en la vida sacramental), montan en cólera, insultan a todo lo que se mueva y lleve cruz al cuello y alegan que están en “su derecho” y no somos nadie (ni el cura) para negarles nada, ya al retirarse, desde la puerta suelen usar su trillada frase “por eso se les va tanta gente”, gente que nunca ha vivido como Iglesia diría yo.


Bueno, sin tanto rollo, habiendo presentado a los especímenes que sufren de Feeblefaithtitis ¿cuál es y cómo funciona esta enfermedad? Funciona en dos sentidos a manera de una paradoja:

Primero, cuando un sacerdote les hace una corrección o les hace ver en que están mal, en vez de obedecerle o al menos oírle se indignan, se hacen los ofendidos alegando a su “mucha fe”. No hay argumento del sacerdote que valga, ellos siempre saben más, es interesante, porque sea cual sea la cuestión, cristología, sacramentos, derecho canónico, culto a la virgen, espiritualidad, biblia, sigilo de la confesión, como dar homilía y celebrar la misa, siempre tienen una respuesta lista para saber más que el sacerdote jajajajaja. Y siempre terminan ofendidos porque el ese padrecito no es nadie (un pecador peor que cualquiera) para meterse en su fe y en su vida.

Segundo, mismas gentes con Feeblefaith, pero ya no delante de un sacerdote sino de un “cristiano” (sectas hay tantas que pueden elegir la que gusten para el ejemplo). En cuanto se toque el tema que sea sobre Dios o la Iglesia, los afectados por Feeblefaithtitis, se sientes los más ignorantes y se vuelven mudos y dóciles receptores de todas las medias verdades (y mentiras) sobre la Iglesia que les dirá ese no-católico y si en el peor de los casos no terminan dejándose convencer entonces regresarán con algún conocido católico o con el padre tristes, diciendo, -me dijo un “aleluyo” esto y aquello y no supe que contestar-.

Triste paradoja, pero verdadera, como creyentes de una fe, deberían ser dóciles a la enseñanza del que está para guiarles y hacerles ver en ocasiones cuando caminan en el error, dejarse enseñar por el sacerdote con docilidad. Deberías de ser ante el que ataca su fe, eso sí, fieros defensores con conocimiento y buenas razones y no dejarse engañar por medias verdades.

Prometo no dejar de investigar para dar con una cura definitiva a la enfermedad de Feeblefaith. Hasta ahora la más efectiva que he encontrado, conocer más nuestra fe y dejarse enseñar por el sacerdote. Hasta pronto.

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