En
cuantas ocasiones se nos ha dicho o hemos visto en la televisión que nuestro
país está sólido económicamente, que las cifras de seguridad, de educación muestran
aumento; pero al contemplar la realidad fuera de la pantalla vemos algo distinto. La
billetera cada vez más chica, la seguridad cada vez más frágil, la educación
cada vez más fallida. A quien le creemos, ¿a la publicidad, a los especialistas
o a nuestros ojos?
Explicaré,
no es exactamente que los medios o los que toman las decisiones a cualquier
nivel de gobierno “nos mientan”. Que los números mejoren, pero las cosas sigan
igual o peor se debe a que las medidas tomadas son “soluciones de escritorio”
que maquillan números pero no cambian realidades.
Doy
dos casos donde esto se manifiesta claramente:
Seguridad:
aquí en baja california tenemos un “nuevo sistema de justicia” (que no
significa mejor), que ha hecho que el índice de delitos caiga
significativamente, esto dicen las estadísticas. Sin embargo los que habitamos
en Mexicali vemos el efecto contrario. De hecho los delitos se han disparado
significativa e insoportablemente. Esta contradicción es posible gracias a que algún
erudito intelectual tuvo la brillante idea de reducir los delitos de alto
impacto de 36 a 9, declarando delito menor muchos que antes eran graves. Esto provoca
dos efectos, por simples matemáticas las estadísticas muestran una
significativa reducción del delito grave, esto desde un cómodo escritorio. Pero
en los hechos, ahora que no son delito grave el robo a casa, la amenaza o agresión
verbal, los delincuentes los cometen con más seguridad (de que no serán castigados).
Educación:
yo me enteré hasta hace dos años cuando di clases en un colegio, que por ley
está prohibido reprobar alumnos en primaria y secundaria. Cuáles son las
consecuencias de esto, que las cifras de educación quedan conveniente maquilladas,
pues al no haber 1´s ni 5´s, sólo 6´s, el promedio de las estadísticas de
educación suben inmediatamente. Pero el efecto negativo es proteger maestros
ineptos que no saben enseñar, hacer que los que no se interesan por aprender
sean recompensados y los que tienen deseo y capacidad se desanimen, porque aún el
que no le echa ganas ni le interesa aprender es recompensado. Pero es otra cómoda
solución de escritorio que busca números, apariencia y no cambio.
Hay
muchas otras realidades donde esto aplica, no es la idea dar toda la lista,
pues ustedes mismos las pueden identificar. El fundamento de todas está en el
no buscar soluciones reales, que comprometan a al hombre, a la sociedad a vivir
distinto, sino soluciones aparentes, que maquillan la realidad sin tenernos que
comprometer a cambiar.
¿Somos víctimas de esas soluciones de escritorio? No lo
creo, todo aquel que busca la “apariencia” antes que el “ser”, el “dar largas”
antes que “solucionar” y que guste de cambiar el nombre de las cosas en vez de
llamarlas como son y resolverlas, no es
víctima del dar soluciones de escritorio. Sin embargo, si bien de arriba es difícil
que llegue una solución, es posible iniciarla en nuestras propias vidas,
busquemos “ser” no “parecer”, “solucionar” no “ignorar” y estaremos a medio
camino para que el mundo cambie. †
P.D.: Recomiendo una película
que ilumina perfectamente este tema y además es reciente, no se si está ya en
cines mexicanos, se llama curvas de la vida, en ingles “trouble with the curve”,
película de Clint Eastwood. Nos recuera que la vida no puede decidirse ni
vivirse desde una pantalla. Dejo el tráiler para quien le interese
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