19 de enero de 2013

Diego Rivera, el 13° Apóstol



Sí, como lo oyen, yo también me he enterado de ello hace apenas unos días, Diego Rivera, gran pintor mexicano, es el treceavo apóstol de Nuestro Señor Jesucristo y además bastante novedoso en los métodos para enganchar a las personas en el amor a Dios y al Evangelio.

        Los hechos comienzan más atrás con un señor mayor a quien me pidieron que fuera a confesar para que recibiera la comunión; padre de cuatro hijos, vivía solo y las señoras de la comunidad le llevaban algo para comer. Ya entrados en la plática me contó sus pesares, de los 4 hijos 3 eran de sectas y dos pastores de su respectiva secta, el hijo “católico” (después comprobé que no lo era) vivía enfrente de él y no le daba ni agua. Los hijos no-católicos palabras más o menos, le hicieron ver también que si no dejaba de ser católico no lo consideraban su padre. Uno, y siendo “pastor” le dijo –que mientras estuviera “en la católica” para él, estaba muerto–; todo esto como muestra de que también entre aquellos que muy cómodamente nos achacan a los católicos toda clase de perversidades, se cuecen también (hasta se queman diría yo) habas de falta de caridad e ingratitud.


        Hice una cierta amistad con el señor en cuestión, lo saludaba al pasar al templo, iba a su casa ocasionalmente a ver como estaba. Y un día me extraño que le pite desde el carro y no me regresó el saludo. Al terminar la misa pregunté a las señoras de la comunidad por el señor, me dijeron, –padre, se fue con los hermanos–, – ¿con sus hijos? – pregunte yo, –no padre, con otros–. Las señoras me preguntaron que si le seguían llevando comida, y yo les dije que claro que sí, que si el hambre y la pobreza no distinguen religión, nuestra caridad tampoco debe hacerlo, después comprobé que los cristianos, aun yendo con ellos seguían sin llevarle de comer.

        Lo interesante de todo es; como es que se fue con las sectas siendo que sabía de mano propia como se distinguen en las virtudes de la caridad. Lo triste, trágico y paradójico, se “convirtió” porque una ex-católica de su ejido le daba 500 pesos cada mes, con tal de que no fuera “de la católica” y nos mandó el mensaje de que no iba a descansar hasta que no hubiera católicos en su ejido, sabias palabras llenas de Dios y caridad evangélica.

        Cuando Jesús envió a los 12 por el mundo les dijo, “vayan y enseñen todo lo que yo les he enseñado”, les mandó para que el mundo conociera por su caridad el amor de Dios, como ellos mismos dijeron al paralítico de Jerusalén “no tengo oro ni plata, pero de lo que tengo te doy, en nombre de Jesús…” (Hch. 3,6). Siento decirlo tan claro, no sé si ha sido sólo esa señora o esa comunidad en general, pero han pervertido y prostituido el mensaje del evangelio, han tirado por la borda la caridad el “miren como se aman” de los primeros creyentes y han hecho al dinero, con diego rivera, como su apóstol predilecto y ejemplo para “enamorar” gente de Dios, para producir “profundas conversiones”. Pero dice el señor “donde está tu tesoro está tu corazón”, no creo haberlo dicho yo por mi cuenta, sus obras lo han manifestado. Nos mandó a ganar a todos para cristo, no a “no descansar” hasta que no queden católicos

        No nos engañemos, que no nos engañen, ¿fue el dinero lo que Nuestro Señor usó para convencer a los apóstoles?, ¿fue el dinero lo que dejó desarmado a Pablo y le dio el valor para morir a Esteban por amor al reino de los cielos?, ¡No!, es la caridad sin distinción la que conmueve, es el Evangelio el que convierte corazones y según ellos prediquemos, vivamos y muramos y dejémosle que sigan predicando en nombre de su nuevo apóstol, el dinero. El Señor será el que separará el trigo de la cizaña.

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