25 de febrero de 2013

La Rebelión de las Vacas



Bueno ya estamos en Cuaresma, y han sido la naturaleza y los niños (para variar) los que me han regalado los mejores momentos en estos días. El día antes del miércoles de ceniza me tocó misa en Villareal, después de misa como le había prometido a los niños me llevé 3 arcos y un puño de flechas para jugar. Como allá el terreno es abundante y espacioso después de misa nos pusimos a tirar flechas al aire por el placer de verlas volar alto y el que ganaba la que caía tenía derecho al siguiente disparo. Sin embargo hubo un momento tipo “american express”, pasó una garza volando bajo, a distancia de disparo de los arcos y yo grité ¡Una garza! Y acto seguido toda la panda de pequeños salvajes se lanzaron a correr detrás de ella lanzando flechazos y gritando de la emoción de corretear a la garza jajajajajaja. Arco y Flechas… 80$, gasolina hasta el ejido… 50$, ser jefe de una tribu aborigen por 5 minutos… no tiene precio.


El miércoles de ceniza trascurrió sin novedades, muchas celebraciones, una prédica especial para aquellos que sólo ese día del año se paran al templo y dejar que las tripas rujan mientras dura el ayuno. Mis chamacos de arcoíris me han dado que hacer, últimamente les ha agarrado la costumbre de confesarse los sábados mientras ambientan en el grupo, lo cual es bueno, que no esperen al domingo sino que se acerquen cuando sienten la necesidad.

También tuvimos la fiesta del amor y la amistad en la parroquia, no fue mi día, perdí en los concursos, me caí en los gallitos y me reventaron mi globo, en las sillitas me ganaron el jalón y casi rompo la silla y en el concurso de baile mi compañera se cansó y tuve que retirarme. Lo bueno es que me regalaron montones de chocolate y brochetas de dulce. Como 14 de febrero cayó luego de miércoles de ceniza y no podía comer todo le di buen uso, casi todos los dulces los usé como bolo con los jóvenes divirtiéndome de ver cómo se atacaban entre ellos por ganarlos jajajaja.

Por último, este sábado, la parroquia se vio invadida por una manada de vacas, lo digo perfectamente en serio, estaba en mi cuarto leyendo cuando oí sonidos extraños como berridos, no creía pero después de oírlo 3 veces abrí la ventada de mi cuarto y una vaca estaba en la ventana, me asusté y me reí, y salí a sacarlas del patio de atrás. Al salir vi que eran 4 las vacas, las espanté y las saque del patio de la casa hacia el patio exterior correteándolas y gritando ¡Acas! Ante la mirada de los jóvenes. Habiéndome deshecho del ganado invasor me dediqué a atender el ganado local, pues los jóvenes quisieron confesarse y duré rato pues eran algunos.

Tengan buena semana y pidan por nosotros que ya viene el tiempo de más trabajo en las parroquias, Dios los bendiga. †

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