19 de noviembre de 2012

Sobre Chivos y Cacahuates japoneses


Bueno en esta semana los niños han sido mi mayor fuente de inspiración y alegría, bien dice el Señor dichosos los que son como ellos. En primer lugar fueron mis monaguillos, que me llegaron el sábado aunque no hubiera clases y tuve que ver como los entretenía, primero trate de ponerlos a hacer un rompecabezas de 1000 piezas pero no funcionó jajaja, son tremendos (y lo dice el tranquilo jajajaja), definitivamente no fui un niño normal, un rompecabezas de 1000 funcionaba conmigo jejeje, así que probé por ponerlos a arreglar la sacristía, pero como ya están domesticados duramos poco en eso.

Así que seguía con el problema, entretenerlos, la inspiración llegó, ¡alimenta su lado salvaje!, 
así que hice una idea que traía de rato en la cabeza, construimos un arco con ramas de palmera y cuerda, fue todo un éxito y las flechas las hice con tarugos… ha si y también con los monaguillos jajajajajaja, salió bastante fuerte, las flechas vuelan como unos 50 metros, algo más ahora que las hemos reforzado con plumas de guajolote que le dan un toque aerodinámico (pura tecnología de punta del ejido jajajajaja). Ya imaginarán la cara de los niños y más al lanzar flechas (eso sí sin punta y solo disparos a donde no hay gente).

El otro momento hermoso fue en la misa del jueves con los niños del Ej. Toluca, estaban algo inquietos en misa y antes de dar la comunión les dije, ― los que aún no podemos comulgar, mientras los demás hacen fila pónganse a hablar con Jesús que está aquí delante ―  para mi buena sorpresa, al momento de bajar a dar la comunión todos a la vez se levantan y se van a hincarse delante del sagrario y allí estuvieron todo lo que duró la comunión, fue tan tierno, y mas bellos porque fue espontáneo, espero que nunca pierdan ese sentido de fe que ya poseen. Y claro al final los felicité y les anime a que se vuelva una bella costumbre.

La última de niños fue ayer domingo en la homilía de la misa del Ej. Delta, para una historia que iba a contar le pregunte a los niños ¿Qué comen los japoneses?, y hubo respuestas esperadas: – arroz – dijo uno, – sushi – dijo otro, pero después en medio de todos resonó una vocecita con mucha alegría – ¡cacahuates! – ya se imaginarán las carcajadas de todo el templo, luego de elogiar que en el fondo tenía lógica su comentario, continué con la homilía, benditos niños, seamos como ellos.

Mi otra gran fuente de alegrías son mis queridísimos “salvajes” del Ej. Guerrero, primero que nada, no se si ya hice mención de que hace unas semanas su coro estrenó un nuevo integrante, el acordeón, que le da un toque único a la misa. Instrumento dicho sea de paso, que los lanzó a la fama en la parroquia pues ahora son muy solicitados para tocar en las ceremonias jajajajaja. Sin embargo lo que se llevó definitivamente la semana fue que alguien de guerrero se me acerca y me dice –Padre, le vendo un boleto para una rifa–, yo le pregunté –¿rifa de que?–, me contestó –de la iglesia padre– y obviamente tenia que preguntar ¿y que están rifando?, me hubiera imaginado todo menos lo que me dijo, tenía que ser el ej. Guerrero jaajajajja, me contestó –un chivo, padre–, jajajajaaja no pude contener la risa, y claro que le compre boleto.

Aún no he decidido que hacer si me gano mi flamante chivo, si tener nueva mascota o hacer un buen chivo a las brasas, pero aún me acuerdo y me río, y claro que les he hecho gran publicidad, ya saben si quieren ayudar a construir el salón de catecismo del ej. Guerrero compren boletos para la rifa del chivo jajajajaja. Tengan buena semana. †



P.D. dejo abierta la votación al momento que se llevó la semana, voten, yo doy mi voto a la rifa del chivo (dejen comentario)

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