Sin Kafka no hay Salvación

Sine Kafka nulla Salus est

Cuando veníamos de regreso de las misiones de Génova a Roma en el tren, me tocó en un cubículo sin otros seminaristas. Salude a la gente y me senté a querer dormir pero la conversación que tenían al lado mío una señora y una muchacha me gusto tanto que se me quitó el sueño y me puse a escucharla. Venían hablando de teatro y de literatura.

En cierto momento de la platica tocaron a Franz Kafka y de su vida y libros. En cierto momento a las dos les entro duda sobre algunos datos y allí aproveche para meterme en la conversación que de por si ya me tenia picado. Las dos se quedaron con cara de “el curita conoce a Kafka” y luego continuamos la conversación los tres juntos sobre las peculiaridades del mundo kafkiano.

En la siguiente estación bajó la muchacha y la señora y yo seguimos con la conversación otras 4 horas. Pronto ella brinco a los temas de religión y me empezó a preguntar muchas cosas, pero sobre todo sobre el cielo, el purgatorio, la salvación de las almas y temas similares, claro habiendo pasado primero por las preguntas de rigor sobre el divorcio y la eutanasia.

Al final me conmovió mucho, se puso a llorar y me agradeció mucho que le hubiera explicado tantas cosas de modo muy sencillo y que sobre todo una que la tenían sufriendo desde tiempo atrás. Yo le agradecí también por la hermosa conversación de la que yo aprendí mucho también y que disfrute tanto, y allí mismo nos despedimos sin preguntarnos ni siquiera el nombre. Fue hermoso.

Después ya sólo reflexione, si no hubiera sido porque en segundo de filosofía leí la metamorfosis de Kafka esta conversación nunca hubiera pasado, y la señora hubiera seguido con sus dudas. De poco hubiera servido la teología sin algo de cultura general que hiciera la conexión con la conversación y la vida diaria de la señora.

No me considero un hombre culto y que lee mucho, pero esta experiencia me hizo recordar lo importante que es que el seminarista y el sacerdote se preocupen también por su cultura general. Que son conexiones, o “links” para sonar más modernos jajaja, para poder llevar a dios a la vida de las personas. Ese día fue Kafka, mañana no se que puede ser la conexión, por eso sentí de nuevo la importancia de prepararme mas, leer mas, para poder ser mejor instrumento de Dios. ¿Por qué conformarme con se un cincel o un martillo cunado puedo ser la navaja suiza jajajajajaja?, suena raro pero es verdad.

Y también invito a las personas a que nos exijan a los seminaristas y padres que nos preparemos en estos campos también. ¿Cómo? Claro que no echándonos en cara las metidas de pata o exigiéndolo a gritos o a golpe de sarcasmo. Simple, hágannos preguntas, oblíguennos a pensar, eso simple hace que la persona crezca intelectualmente y que se acerque a los libros de nuevo. Es una manera simple pero nos harán un gran favor a nosotros y ustedes.

Dios los bendiga, pidan por nosotros y hágannos pensar por favor, hasta pronto.