18 de marzo de 2017

Seis y contando

Quiero dar gracias a Dios y a todos los que les alegra mi ministerio sacerdotal por estos seis años de ministerio sacerdotal. El quinto aniversario no escribí nada acerca de mi aniversario, creo, como que según la costumbre que ya es habitual en mí, me lo he comido.

Quiero, una y otra y otra y otra vez dar gracias a Dios por todas las grandezas (y caprichos) que me ha concedido a lo largo de mi vida sacerdotal. Súplicas que Dios me ha concedido a manos llenas: le pedí poder vivir intensamente las obras de misericordia y en el apostolado con los migrantes me ha permitido hacerlo a manos llenas, muy por encima de lo que humanamente hubiera jamás imaginado. Dios no ha permitido que se me escape una sola de las catorce, eso sólo basta para estarle profundamente agradecido y en deuda. La segunda (parece rara pero la necesitaba) era convencerme de que existía la maldad profunda en algunos corazones, esa maldad de hueso colorado, rancia y consagrada al enemigo; “desgraciadamente” también esta suplica me la ha concedido, y perfectamente convencido de que existen corazones malvados me siento obligado a luchar por acercar a otros al bien, por convertirme constantemente, me ha hecho consiente de que es Caridad profundad ante todas deshierbar los corazones de lo que puede crecer en veneno profundo. En simple, el convencerme de la seriedad de los malvados me ha hecho tomarme más en serio el sembrar la bondad y la conversión.

Caprichos que le agradezco profundamente: primero, le pedí en una de mis (inusuales) arranques de locura que quería una experiencia  en un campo de refugiados, por ejemplo, en africa; quería vivir de primera mano una de esas “perifecias existenciales” de las que habla el papa. Toma!! Dos meses después empiezan a llegar haitianos a Mexicali y, en la bola por la pastoral de migrantes, me tocó atender a los refugiados. Una experiencia muy hermosa y muy exigente; Dios me permitió usar en estos meses la seriedad que había ahorrado toda la vida jajajajajaja.

El segundo capricho, fue el pedirle tener un ejemplar de una de las biblias más escasas y hermosas que hay en español, una traducción de Juan Strubinger, en general ya se considera aun como simple libro, ejemplar de coleccionista. Meses despues la encontré (mas bien ella me encontró a mi) en nogales, cayo sola en mis manos en un taller de migrantes sin saber que era esa biblia y al leerla sentí que era distinta; para mi sorpresa al ver las primeras páginas descubrí el tesoro que había caído en mis manos. La pedí “regalada” o que le pusieran “precio”, la hermana que me la vendió le puso el precio más caro y hermoso que jamás podré pagar (otro día cuento esa historia). La he apodado, no sin verdad “la biblia más cara del mundo” y el Cobrador de la deuda se ha encargado de que no deje de abonarle. Agradezco a Dios por ese tesoro que ha sido esa biblia para mi vida y con gusto le sigo pagando el precio que me puso la hermana.

El último regalo que Dios me ha hecho este año es el permiso del Cardenal Sarah para celebrar misa “ad orientem” (de espaldas al pueblo). Lo inicié por curiosidad, pero esa misa me enganchó y me enamoró, la celebro todos los martes. Me ha enamorado más de la eucaristía y del misterio sobrenatural de la liturgia; verdaderamente su cadencia inicia de mi indignidad humana y termina en la grandeza divina de Jesús y su Iglesia.

Ayer mi comunidad me festejó, mi mamá me acompañó también, Dios me regaló, como en toda pachanga, pecadores arrepentidos que me pidieron confesión a media fiesta y que con gusto perdoné. Me hizo descubrir que necesitaba pedirle un capricho más que es necesario para seguir construyendo su reino. A su tiempo se los compartiré.


Cuál es el resumen de este año, Dios me ha hecho sentir pequeño, indigno como nunca; pero a la vez me ha hecho sentir lo “en serio” que me toma y eso me llena de gratitud y de temor. Creo que Dios me pedirá que siga tomándome a la ligera muchas cosas y que “ahorre seriedad” porque de verdad habrá “pequeñas” cosas en las que necesitará toda la seriedad de la que sea capaz y si Dios quiere toda la cruz de que sea capaz. Hasta pronto. †

3 comentarios:

  1. Muchísimas Felicidades Álvaro que Dios te siga bendiciendo de esa forma y te permita llevar su mensaje a muchos más corazones :) te recordamos con mucho cariño amigo, a ti y tu familia un abrazote!!! Y que cumplas muchos más!!! Atte. Adriana Ramos

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  2. Muchas felicidades Álvaro, puedo recordar llegando caminando al colegio cuando apenas eramos unos jovenes, y en mi corazón grabado el gran ser humano que eres. Yo agradezco a Dios tu vocación y persona. Un abrazo con cariño para ti y tu familia. Te quiero. Patty Zazueta!♡

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  3. Muchas felicidades Padre, que sean muchos años más de sacerdocio, celebro la bendición de conocerte.

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