Entre todos los bajos fondos y arrabales que de vez en cuando
recorro (seguramente) uno de los más divertidos es el mundo de los borrachos.
Tengo un borracho de cabecera (que es vecino) que de cuando en cuando junto con
sus amigos de tomada me es fuente de mucha sabiduría e ideas interesantes. Cosa
divertida e interesante (antes de que algunos se rasguen las vestiduras) es que
este querido y beodo vecino y amigo
tiene una “regla de oro” muy estricta cuando me invita a sus pachangas: “al
cura se le respeta”, al que me hable majadero o faltando al respeto se va de la
fiesta jajajaja, lo más interesante es que si la cumplió una vez, y no ha sido
necesario cumplirla de nuevo.
Volviendo al hilo principal, surgen de
filosofar con borrachos ideas interesantes y “verdaderas”. En uno de esos
pleitos cantineros que me estaba echando con uno de los Invitados que ya no
hablaba ni muy quedito ni respetuoso, saltó una de las excusas de siempre: “Yo no voy a la Iglesia porque no soy como
los Hipócritas que nomás van cuando tienen problemas”. He escuchado la
excusa mil veces pero, soló acompañado de briagos podía llegar a la respuesta
indicada; me dejó pensando y luego di mi respuesta:
—Déjeme preguntarle algo—
dije, — ¿El que va al médico cuando la
enfermedad lo está matando de dolor es hipócrita? No lo es—,
continué —Es muy irresponsable quizá, pero
hipócrita para nada; más bien es muy honesto pues ante un dolor insoportable
reconoce que necesita del médico para curarse—, —Hipócrita sería aquel que aunque se lo esté
llevando la tiznada de dolor por orgulloso ni va al médico ni reconoce que está
enfermo—.
Habiendo
iluminado el ejemplo le dije: de la misma manera, esa gente que usted califica
de hipócrita por ir a la Iglesia sólo cuando tiene problemas, realmente no lo es;
podrá calificarlos de descuidados, de irresponsables o hasta atarantados, pero
son HONESTOS. Discúlpeme por adelantado; HIPOCRITAS,
los que como usted, ni llevándoselos
la tiznada o llenos de problemas se acercan a Dios; que sabrá él como
traigan la conciencia y ni así les da poquito miedo o vergüenza delante de
Dios. Prefiero a esa gente que usted califica de hipócrita porque ya habiendo acercado, por lo que sea, la
puedo aconsejar de ya no alejare de Dios; pero a quien ni teniendo
problemas se acerca, dice el refrán “el
que por su gusto es buey hasta la coyunta lame”.
Acto seguido,
todos los otros borrachos soltaron la risa y le decían, ¡ándale ca**on, te dejó
callado el cura! Jajajajaja y me daban palmadas jajaja, el alegador se
quedó muy tranquilito y como en el evangelio nadie hizo más preguntas y yo con
mi vaso de agua mineral rompí la tensión gritando “¡Salud!” jajajaja.
Pleito cantinero
aparte, agradezco a este Señor,
porque la respuesta que en me ayudo a pensar no se la doy sólo a él sino a
todos los que consideran hipócritas a los que buscan a Dios en los problemas. Tiene más posibilidad de salvarse un
imprudente honesto que busca a Dios por un problema, que un orgulloso hipócrita
que no reconoce que sólo Dios puede darle solución y paz a sus problemas.
Hasta pronto. †
Ouedo intentar subirlo a facebook o whatsap? , pueden enviar su respuesta tambien a munguiab@hotmail.com De preferencia a este ultimo. gracias.
ResponderEliminarclaro, mi blog es publico, puedes hacer uso de sus articulos; sólo te agradezco siempre que cites la fuente
Eliminar