8 de julio de 2013

Días de reencuentro con pequeños placeres de la vida

Bueno hace una semana que estoy de vacaciones y ya es tiempo de poner las historias o se acumulan. Aunque prometí que lo primero que haría es ir a una carreta de mariscos por algún motivo aún no lo he hecho, pero sigue en la lista de prioridades. Los primeros días los he pasado entre familia, con mis papas mis hermanas y en la catedral con los padres y recorriendo mis calles viejas.

Llegando el primer día me fui con mi mama y mi hermana menor a los tacos dorados de carne con papa y su consomé con chile chiltepín, una delicia no fácil de conseguir en Mexicali. El martes fui a catedral, donde he estado celebrando la misa de 7:00 am para no perder mis vacaciones echado en la cama y darle prioridad al Señor en las vacaciones. He disfrutado de pequeños placeres que la sólo el extrañar la ciudad de uno puede dar, placeres tales como viajar en un Toledo a máxima velocidad agarrado hasta los dientes en las curvas mientras oyes unos corridasos de Chalino Sanches. Ver como la gente se saluda en la calle y que puedo sacarle plática a un perfecto extraño; encontrarme en la calle con los mismos vendedores ambulantes y los mismos vagabundos amigos de siempre (descansen en paz tarzan y superbarrio). Escuchar gente con acento bronco y sierreño sin cansarme jajaja. Saber que Culiacán no deja de tener algo de rancho y con media hora en las escaleras de catedral siempre pasa un conocido; esos son los placeres que me he estado dando estos días y el dinero no puede comprarlos.


Entre otros buenos momentos, (los que considero señal de hacerse viejo), es visitar a mis antiguos maestros; y platicar, platicar y platicar de todos los temas académicos posibles, (lo siento, dentro de mi hay también una rata de biblioteca); ya visité al Padre Agredano, mi maestro de metafísica en el Seminario, platicamos como 3 horas sin parar partiendo de la métafísica aristotélica y pasando por san Agustín, santo Tomás, los padres de la Iglesia, Chesterton, Tolkien, Shakespeare, don quijote, la divina comedia, Jaques Maritain, traducciones latinas, y los dos llegamos a la conclusión de que no hay mejores prólogos a los libros que los de la Ed. Porrua, que no hay filosofía más práctica que la metafísica aristotélica y que siempre veremos como gigantes a nuestros propios maestros. El padre Agredano tiene más de 60 años sólo de sacerdote y dio clases de metafísica a más de 55 generaciones de sacerdotes sinaloenses, por la edad y por tantos no nos recuerda a muchos, por eso me hizo tan feliz que ese día al despedirme me preguntara mi nombre completo dándome a entender que lo iba a guardar en la mente, quizá es tonto pero fue algo que me hizo sumamente feliz.

También ya visité a Francisco Uribe, otro de mis maestros de Seminario, de filosofía medieval, moderna, mexicana y oriental nomas jajajajaja; fui a su casa y también entre libros, teólogos, santos, historia de la Iglesia y editoriales de libros se nos fue el tiempo. Me falta otro de mis maestros por buscar, mi maestro de secundaria de historia de del Historia del Arte, Martín Sandoval, espero que podamos desayunar y platicar un día de estos. Repito, siempre que vengo a Culiacán es uno de mis primeros afanes, buscar a los maestros para darle un rato de placer a las neuronas, señal de que uno se está haciendo viejo.

Haciendo resumen de resumen, me fui este fin de semana a Cosalá pero no quiero alargar el artículo, quizá eso lo ponga mañana para ordenar las fotos. En sencillo pasee horas por los callejones, visitamos una zona de reserva de guacamayas  he hicimos la tirolesa de cerro a cerro. Otra hermosa experiencia, pero los dejo por ahora que hay más aventuras que me esperan. Hasta pronto. †

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