29 de julio de 2009

Las Trácalas de Dios


Los milagros es un tema que a todos nos gusta, especialmente cuando deseamos que nos sucedan a nosotros, sea en el sentido popular de que nos pase cualquier cosa fortuita o en el sentido serio de que pasamos por un momento difícil y necesitamos de mucha ayuda. Sin embargo hay algunos puntos del milagro que he notado y se me hicieron interesantes porque descubren su verdadera importancia y como al final de cuentas lo que enseñan es que la cosa mas importante para Dios en el universo creado es el hombre.

Vamos a empezar por lo básico, la definición de milagro, el milagro es una supresión momentánea de las leyes naturales por parte de Dios en bien de una persona. El milagro no es un mero acto sorprendente, lleva un sentido, hacer el bien a una persona que lo necesita, pero no cualquier bien, el milagro siempre va encaminado a que la persona se acerque a Dios. Si este no será el resultado del milagro entonces no se realiza. El milagro no busca cualquier “bienecito” par las personas, busca el Bien mas completo, que esta descubra a Dios que la ama.

Segundo, el milagro nos deja ver algo muy hermoso a mi parecer. Las leyes del universo son perfectas y complicadas, tan profundas que aun no las comprendemos del todo. Y Dios las pone entre paréntesis para ayudarnos. Eso quiere decir que un solo ser humano es mas importante para Dios que todo lo creado y que es más importante el bien hombre que las leyes en si mismas (estas existen para lograr eso).

Esto lo deberíamos aprender para nuestra vida cotidiana, el mas importante el bien de las personas que el cumplimiento frío de las leyes, porque las leyes en teoría existen para que el hombre puede vivir en paz y feliz. Cuando una ley no logra eso pierde su sentido (dejando en su lugar claro la justicia, que es justo que una persona que ha dañado a otras sea castigada proporcionalmente al daño que hizo), pues el amor también deja a veces que las personas sufran las consecuencias de sus acciones para que maduren.

No estoy invitando a que rompamos todas las reglas que nos huelan a opresión, sino que en nuestra vida sepamos darle sentido a nuestras acciones, recordar siempre que estamos tratando con otra persona, y no solo con “un paciente”, “un cliente”, “un X” y actuar de acuerdo a esto como Dios al hacer los milagros. Esta primero el amor (sin quitar la justicia) que las reglas.

Jesús lo dijo muy claro a los fariseos que se sentían los perfectos por cumplir la ley a pié de la letra “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”. Pero su soberbia no los dejo aceptarlo nunca.

Ya para terminar invito a dos cosas, cuando pidan milagros recordar cual es su sentido, el acercarnos mas a Dios, no un simple beneficio, si lo pedimos con ese espíritu el mas probable que Dios lo realice. Segundo, así como para Dios el mas importante la persona que la regla y por eso realiza el milagro, también nosotros ser sabios para saber en que momento es mas importante la persona que la regla en nuestra vida. Nos vemos, Dios los bendiga a todos.

1 comentario:

  1. buen blog
    acostumbramos a identificar un milago cuando aparece un hecho de causa aparentemente inexplicable, en el que, por tanto, se supone que han intervenido fuerzas sobrenaturales.
    Pero nunca me abia puesto a pensar esto que mencionas, me parese muy sierto..pero entonces ¿No podemos llamar milagro a un suceso de fuerza divina inexplicable, si no acerca al hombre a Dios¿¿¿ me surjió esa duda =D

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