
El silencio de estos meses ha sido un tipo de crisálida, he
estado dos años bastante “Silencioso” en mi nueva comunidad, la sagrada familia
en la colonia hidalgo; reordenando piezas
interiores, reajustando sueños en los ideales de siempre. De la Hidalgo
puedo decir que en algún momento de esos que no sabes cuando sucedieron empecé a
sentirme “barrio” jajajajaja, hasta he asaltado feligreses (pero esa historia
la dejaré para luego). Puedo decir por ahora solamente que siento un gran
cariño por mi comunidad y que tengo muchas esperanzas puestas en ella.
La otra cosa que comentar por ahora es que ando en mis vacaciones
en Culiacán, el año pasado no pude disfrutarlo mucho y este año espero
dedicarle a mi ciudad el tiempo que merece (amistades incluidas). Además (pido
sus oraciones) deseo que sea un viaje a mis raíces, ir al rancho de mi familia,
a la calle donde vivía, recorrer las rutas de siempre en camión y redescubrir
en las calles a un Dios que me enamoró en las calles y en las paradas de
camiones, hallar de nuevo en lo cotidiano a un dios que me enamoró en aventuras
cotidianas. La foto es del jardín de una casa donde pasé mucho tiempo en mi
infancia y que me llena de mucha alegría cuando lo visito. La otra de algo único
de Culiacán, sus atardeceres que siempre te están recordando que Dios nunca
hace las cosas bellas repetidas.
Pidan para que esta peregrinación hacia mi historia de fe que emprenderé
llegue a buen término y regrese a Mexicali más Álvaro, mas Culichi (agárrense jajaja),
mas creyente y más sacerdote. Hasta pronto.†
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