18 de octubre de 2013

El Curandero, el renegado y el Bombero


       Antes de que empiecen las fiestas actualizo la vida del ejido; seguimos preparando la vista del Obispo y he andado haciendo de todo desde seguir ordenando los espacios del templo hasta plantando y cuidando plantas, sembré 10 mezquites y tengo otros 12 para sembrar además de las 40 pencas de nopal que ya planté. Junto con pegado también le puse varas de refuerzo a la cerca de alambre para hacerla más tupida.

El Curandero
       Sí, he andado de curandero en dos sentidos, primero el espiritual, pues he ungido enfermos últimamente al por mayor, tanto en el templo como en sus casas. Mi regla se sigue cumpliendo, los que unjo en casa pasan pronto a mejor vida, los que unjo en el templo se sanan. En el sentido corporal también he andado de curandero, hace poco más del mes ante la abundancia de viudas negras inicie un experimento que me habían platicado, hechas los animales venenosos que encontrara en alcohol de farmacia vivos para que el alcohol absorba sus propiedades y se volviera antídoto a picaduras venenosas. Así que en este mes he llenado el frasco con todo animal venenoso que encuentro, viudas, ciempiés y arañas violinistas que abundan; de hecho tengo ya un frasco como con 40 arañas dentro. Aclaro, solo he recolectado viudas en los salones y la oficina, en el templo no, porque sin viudas en el templo me quedo sin quien eche colecta a la canasta entre semana. Lo interesante es que ya pude probar mi experimento, ha días vino una señora a la escuela bíblica con una ronchota de una picadura de animal, le apliqué mi antídoto y dice que la roncha se le desapareció para la mañana siguiente jajajaja. Ahora sí Padre y Curandero del ejido jajajajaja, negocio redondo, les doy la cura y si no surte efecto le damos la unción jajajajaja.

El Renegado
       Como actividad de inicio de las fiestas patronales que serán el próximo 22 de octubre, el domingo pasado invitamos a los motociclistas a peregrinar con la Imagen del Cristo por el ejido en Moto. Vinieron bastantes como unos 30 y llevamos en caravana la Imagen por todo el Ejido. Yo me monte también en una moto y los acompañe toda la travesía, fue hermoso, llevamos al Señor por el Ejido, a la hora del ocaso, en moto y con el viento rozando la cara y el cabello jajaja, muy emotivo. Lo triste o extraño, a cierta altura de la peregrinación se nos cayó el Cristo de la Cruz (salió prácticamente ileso pero el susto no lo quita) lo interesante es que le cayó a los puros pies a un individuó que tenía su carro a media calle y estaba tomándose sus cervezas; el pobre quedó trabado del susto al verlo, luego llego yo y le digo, -así traerá el costal de pecados que hasta el cristo se cayó- lo persigné y seguimos el camino, yo me llevé al Señor en brazos. Si con la descalabrada del Señor el amigo se compone, bendito sea jajajajaja.

El Bombero
       Así es también esta semana me vi en la penosa necesidad (penosa para el árbol) de realizar la labor heroica más simbólica de los bomberos, bajar un gato de un árbol, por eso repito, penosa para el árbol. Por las fiestas patronales estamos rezando diario en procesión por el pueblo el rosario de aurora a las 5 de la mañana. Uno de mis gatos, Leovigildo, que es un gato muy devoto decidió acompañarnos en la procesión, cuando me di cuenta el gato ya llevaba con nosotros 2 cuadras de camino. No pudiendo ya regresarlo quizá agarrarlo para que no se cansara y el gato corrió a un cerco donde había perros. Le empezaron a ladrar y el gato asustado corrió hacia un solar vacío y se me perdió de vista, como era el rosario lo dejé y seguimos. Ya a media mañana regresé al solar a buscarlo; luego de un rato de llamarlo oí un maullido de lo alto y si bastante arriba en un pino salado estaba el pobre gato. El gato como quiera, está hecho para trepar, piensen en un servidor que allí va para arriba, con sus algunos kilitos, a bajar al gato (repito otra vez, con pena por el árbol). Agradezco a Dios que no hubo cámaras cerca que perpetuaran la escena mía trepando el pino hasta donde estaba el gato y arrancarlo (literalmente) de la rama y luego bajar con el gato en una mano y cambiando de rama en rama con la otra balanceando el peso jajajaja. Espero que san francisco sea generoso conmigo por haber auxiliado a este hijo suyo.
      

Por último, el martes pasado vino de visita el padre Gregory King, alias padre Goyo, un sacerdote americano que estuvo aquí de párroco hace 16 años. Me agrada su visita porque cuando platicamos siento como si platicara con el abuelo de la parroquia jajajajaja; además porque cuando saluda a la gente la gente lo sigue recordando con alegría y le dicen: –padre Goyo, usted me casó– o –usted fue mi primer confesor–, –con usted recibí la primera comunión y mire, este es mi niño que ya viene a catecismo–; me gusta ver esas escenas del cariño que queda en la gente y pienso y espero que en 20 años cuando regrese a mis comunidades me recuerden con la misma alegría. Hasta aquí porque la me puse sentimental jejeje. †