La
Semana Santa tuvo bien a regalarme muchos momentos hermosos en lo pastoral,
pero también en lo espiritual. Una de
esas reflexiones quiero compartir. Durante la celebración del viernes mi
atención se puso en un detalle especial, el momento en que los soldados se
reparten las vestiduras de Jesús partiendo el manto pero dejando la túnica en
una sola pieza. Para los que no la conocen bien reproduzco la cita del
evangelio:
“Cuando los soldados hubieron
crucificado a Jesús, tomaron su ropa y la dividieron en cuatro partes, una para
cada soldado; aparte la túnica. Era una túnica sin costuras, tejida de arriba
abajo, de una pieza. Así que se dijeron: ---No la rasguemos; vamos a sortearla,
para ver a quién le toca. Así se cumplió lo escrito: Se repartieron mis vestidos
y se sortearon mi túnica. Es lo que hicieron los soldados. Jn. 19,23-24